Yo sólo fui el clavo que sacó al otro clavo.
Con fruición me introdujiste en tu madera gastada
y de un martillazo te sacaste las penas incrustadas.
Pero poco duró
y viste que el nuevo clavo ya no convenía en tu estructura.
De una limpia sacudida lo extrajiste
y lo echaste al cubo de la basura.
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