martes, 24 de mayo de 2016

CARTA A MI PRÍNCIPE AZUL.



      Querido Príncipe Azul:

De pequeña soñé contigo. Como todas las niñas.
Venías hacia mí en un caballo blanco, con tus ropajes azules y tu capa al viento.

Después crecí y conocí muchos príncipes, pero ninguno azul. Ninguno con capa y caballo.
Los había rojos, verdes, amarillos, incluso alguno casi transparente.
Nada era como en mis sueños de infancia.
Ninguno era como tú. Ninguno llegó dispuesto a quererme tal y como soy y a quedarse conmigo protegiéndome, respetándome y amándome.

Pasó el tiempo y no llegabas.
Y aún no has llegado.

¿Pero sabes?

Por fin he comprendido. Ahora puedo decírtelo, soy capaz de decirte: que puedes aparecer si quieres, o puedes no aparecer. Como quieras, tú mandas, eres libre. Haz lo que tú quieras, ya me es indiferente. Porque por fin he descubierto:

¡QUE NO TE NECESITO!

                       Con cariño se despide:
                                           
                                                          La que te idealizó.



jueves, 5 de mayo de 2016

NUBES




No he merecido un hombre 
que me supiera querer.
Pero ya no estoy segura
que lo quiera merecer.

El amor está en el aire,
también está en una flor.
Pero no está en esos hombres
que no saben dar valor.

Dar valor a las princesas
a los besos y al calor.
A dos manos que se cogen
a los ojos que se miran,
a los labios que suspiran,
a los sueños y a mi voz.

Ya no necesito hombres.
Sola estoy mucho mejor.
De verdad, lo digo en serio,
sin mal rollo, sin rencor.

Hombres de toda la Tierra:
Os voy a dejar pasar,
como nubes en el cielo
que se alejan al danzar.

Nubes que observo con calma
como vienen, como van.
Pero que dejo que marchen
sin tristeza, sin pesar.

Se llevan muy lejos las gotas
que no van a regresar,
a la lluvia de mis ojos
nunca, nunca, NUNCA MÁS.